Tecnoestrés

La tecnología siempre ha brindado facilidades a los colaboradores de las Organizaciones, apoyando a reducir los tiempos en las operaciones, los costos y a mejorar los procesos.

Cada vez, la inclusión de la tecnología en el ámbito laboral ha permitido cambios en la forma de trabajar y, también se han identificado riesgos en el entorno de los colaboradores debido a la sobrecarga tecnológica, a esto se le llama tecnoestrés, debido a que conlleva a un impacto negativo de las actitudes, pensamientos, comportamientos y hasta en la fisiología causado de forma directa o indirecta por la tecnología.

El tecnoestrés entonces, se produce cuando no hay equilibrio entre las demandas externas y las capacidades internas para satisfacer todas las demandas.

De acuerdo con investigaciones, se sabe que el tecnoestrés generado por el uso de las redes sociales impacta negativamente en el desempeño y este impacto se intensifica cuando las características del trabajo son malas. Además de que la sobrecarga tecnológica puede afectar al conflicto trabajo-familia y generar angustia en los trabajadores.

Otro aspecto a considerar, es la presión para estar constantemente disponible a través de las tecnologías de la información y de la comunicación constituye una fuente importante de estrés, así como la alta calidad y mala calidad de los correos electrónicos.

De acuerdo con estudios, los estresores de la tecnología se dividen en 5 grupos: la sobrecarga tecnológica, la invasión tecnológica, la complejidad tecnológica, la inseguridad y la incertidumbre.

Como consecuencias de tecnoestrés podemos identificar las siguientes: fatiga, estrés, ansiedad, posturas inadecuadas, adicción a todas las tecnologías, falta de concentración y de atención, trastornos del sueño, invasión de la vida personal, síntomas psicosomáticos, entre otras. Lo que repercute en los trabajadores produciendo disminución de la satisfacción, menos compromiso y de continuidad con la empresa.

También encontramos algunos inhibidores de tecnoestrés, que fomentan la disminución de la tensión en los trabajadores, dividiéndose en 3 categorías: la provisión de apoyo técnico, el acercamiento de las tecnologías de la información a los trabajadores y el fomento de la participación de éstos en los procesos relacionados con la tecnología.

Para poder desempeñar nuestras actividades en el ámbito laboral, es necesario readaptarnos al cambio, aprendiendo a desarrollar nuevas habilidades técnicas y a sobrellevar de una manera sana la presión de los sistemas que suelen ser cada vez más complejos, ya que los trabajadores que encuentran la tecnología "difícil" de entender y utilizar, tienden a estar insatisfechos y reducen su uso en el trabajo. 

Asimismo, las organizaciones deben implementar estrategias para hacer frente a los estresores, por ejemplo: la capacitación y el tener soporte, apoyo y participación constantemente, optimizar la comunicación interna, tener una separación entre la vida laboral y la personal, los horarios flexibles y la equidad de recompensas. Lo anterior, permitirá que aumente la satisfacción en todos los colaboradores.